domingo, 27 de noviembre de 2011

Letra de Pescador De Hombres

Letra de Pescador De Hombres

1. Tú has venido a la orilla,
no has buscado ni a sabios ni a ricos,
tan sólo quieres que yo te siga.
Señor, me has mirado a los ojos,
sonriendo has dicho mi nombre,
en la arena he dejado mi barca,
junto a Ti buscaré otro mar.
2. Tú sabes bien lo que tengo,
en mi barca no hay oro ni espadas,
tan sólo redes y mi trabajo.
Señor, me has mirado a los ojos,
sonriendo has dicho mi nombre,
en la arena he dejado mi barca,
junto a Ti buscaré otro mar.
3. Tú necesitas mis manos,
mi cansancio que a otros descanse,
amor que quiera seguir amando.
Señor, me has mirado a los ojos,
sonriendo has dicho mi nombre,
en la arena he dejado mi barca,
junto a Ti buscaré otro mar.
4. Tú pescador de otros lagos,
ansia eterna de almas que esperan,
amigo bueno que así me llamas.
Señor, me has mirado a los ojos,
sonriendo has dicho mi nombre,
en la arena he dejado mi barca,
junto a Ti buscaré otro mar.
[ www.iletras.com ]

sábado, 26 de noviembre de 2011

La violencia

Las raíces son más profundas en la violencia contra la mujer
Ambos hombre y mujer son víctimas de una tragedia más profunda: la deshumanización del hombre, que es el gran mal de nuestro mundo.
Autor: Nieves García | Fuente: Mujer Nueva
El 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de la ONU declaró el 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, e invitó a los gobiernos, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales a que organicen ese día, actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto del problema de la violencia contra la mujer. Se acerca el 25 de noviembre.

Los datos están ahí, son reales, y... escalofriantes. El informe de la OMS del tres de octubre del 2003 indicaba que anualmente 1,6 millones de seres humanos pierden la vida violentamente. En el Informe se señala que las mujeres son las que corren más riesgos en entornos domésticos o familiares. Casi la mitad de las mujeres que mueren por homicidio, son asesinadas por sus maridos o parejas actuales o anteriores, un porcentaje que se eleva al 70% en algunos países. En algunos países, hasta una tercera parte de las niñas señalan haber sufrido una iniciación sexual forzada.

Cerca del 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, los periódicos del mundo hablarán en sus editoriales, artículos de opinión y de análisis sobre el tema de violencia contra la mujer. Pero aunque ahora se alcen al unísono las voces en contra de la violencia, a lo largo del año son constantes las noticias que anuncian los casos de la mal llamada violencia doméstica, donde el hombre aparece casi siempre como el agresor cruel y la mujer como la víctima del conflicto. Sin restar responsabilidad ninguna al varón, que aprovecha su constitución física que le otorga una superioridad notoria (y después dicen que no hay diferencias), ambos hombre y mujer son víctimas de una tragedia más profunda: la deshumanización del hombre, que es el gran mal de nuestro mundo.

Son loables los esfuerzos de los algunos gobiernos por erradicar este fenómeno. Por ejemplo, en España se promulgó la ley reguladora de protección a las víctimas de la violencia doméstica. Pero las medidas que ofrecen tienen el mismo efecto que se produce al fumigar las ramas de un árbol, cuando el problema que lo carcome está en las raíces.

El árbol de la sociedad occidental sufre en sus raíces el daño de tres depredadores mortales, que dañan al ser humano, en lo más hondo y afectan a la armonía familiar y social. Carcomas que se gestaron en los famosos años 60 y que han sido absorbidas por la cultura actual, de forma que han perdido su imagen de agresividad, pero son los causantes reales de gran parte de la violencia actual.

La primera nació con la revolución sexual, que en aras de una falsa libertad, nos hizo creer que el amor y la sexualidad eran dos realidades separables. La erotización de la sociedad a través de los medios fue la estrategia práctica que derivó de esta novedad. La pornografía saltó a las calles y el sexo se exaltó y comercializó hasta llegar a su total trivialización. Conocida es la cercana relación que hay entre la vivencia de una sexualidad utilitarista y la desinhibición de toda forma de control y dominio personal. De ahí a la violencia, sólo hay un paso, que por desgracia muchos dan. La excitación sexual conduce en muchos casos a la violencia física contra la mujer.

Esta situación habitual provoca en el hombre tres sensaciones que, a su vez, inducen a comportamientos agresivos: el desencanto que acaba en frustración, la pérdida del respeto por la mujer, como ser humano, ya que se convierte en objeto de consumo, y una hipertrofia de la afectividad, una especie de inmadurez afectiva e hipersentimentalismo que provoca un desequilibrio anímico. En resumen, la revolución sexual ha dado a luz un hombre más violento y más egoísta. Y los causantes de este mal no son sólo los hombres. La mujer que lo consiente y lo acepta se convierte en aliada de su propia denigración.

Una segunda carcoma es una libertad de expresión mal entendida, que se ha convertido en el escudo de los medios, donde las escenas de violencia y de sexo llegan a cuotas disparatadas. En España, el 60% de los niños en edad escolar y preescolar permanece tres horas al día frente a la pequeña pantalla. Según datos fiables, estos niños ven unos 10 casos de violencia física, tres de ellos con resultado de muerte; una serie notable de efusiones sentimentales y eróticas fuera de matrimonio; y uniones carnales descritas con bastante minuciosidad. Algo parecido ocurre con la industria cinematográfica que difunde unos mensajes opuestos a valores que el público medio aprecia: fidelidad, lealtad, respeto. El niño normal que visualiza estas cantidades ingentes de violencia queda afectado. Sería interesante conocer la cantidad de escenas violentas que cada agresor ha consumido a lo largo de su vida.

La tercera carcoma que mata el árbol familiar y siembra semillas de posible violencia, es la educación que reciben los niños, en la que por temor a “crear traumas infantiles”, se tiende a la permisividad. Hay padres que parecen tener miedo a sus hijos; temen negarles un permiso o enseñarles el valor del respeto a los demás y a sí mismos. Pocos son los que educan en la generosidad real y en el servicio al otro. La palabra sacrificio carece de contenido, pero no se puede educar en el amor sin enseñar a sacrificarse por el otro.

Esta generación de padres enseña a sus hijos que vales tanto según tienes y puedes, no según eres. Es normal que varones con esta educación o des-educación se conviertan, en una sociedad competitiva, en personas inseguras. No han aprendido a amar y no son capaces de valorarse por lo que son. El fracaso o la decepción en cualquier área les produce inseguridad. La violencia en cualquiera de sus formas, pero mucho más la física, es manifestación clara de miedo y de inseguridad personal.

Las salidas a un problema tan profundo no pueden ser proponer nuevas medidas cautelares, ni crear un cuerpo especializado de policías para la defensa de la mujer agredida. Estos remedios vienen a ser parches pero la herida sigue abierta y sangrando.

Las soluciones

Son más profundas, más serias, más radicales. Sin querer abarcar todas, se pueden mencionar:

1.- Ayudar a la sociedad actual a recuperar culturalmente el valor real del amor, que enmarca el ejercicio de la sexualidad, dentro de un clima de donación total al otro y de respeto a su persona. Para ello dejar de comercializar con algo sagrado, como es la sexualidad y el cuerpo femenino aunque suponga la quiebra de muchas empresas de mercadotecnia.

2.- Prohibir, sí, prohibir (aunque no esté de moda), las manifestaciones exageradas y explícitas de violencia constante, en televisión y cine, y más a ciertas horas. Y aprovechar medios tan eficaces para promover de forma convincente, valores humanos que construyen al hombre y recrean a la familia.

3.- Ayudar al matrimonio y a la familia a crear relaciones interpersonales sanas, a superar los conflictos y las crisis, a ser el ámbito primario de seguridad y acogida del ser humano. La familia no necesita el bombardeo diario que hacen los medios de tragedias, muertes, masacres, egoísmos, divorcios, infidelidades y mentiras. Necesita ayuda para edificarse en los valores sólidos: respeto, apertura al otro, solidaridad y amor.

Tenemos que sanar al árbol por la raíz. Porque el amor humano existe y aunque esta afirmación vende poco, es la realidad que sostiene el mundo. Esta la solución última.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Para hacer un buen resumen:



SUBRAYADO
1.       Distinguimos entre temas y subtemas

·         Buscar la idea que engloba todo el párrafo.
Subrayar palabras claves u oraciones que engloben  varios temas.

·         Buscar las ideas que se desprenden del tema principal. Distinguirlas. Subrayar los subtemas con palabras claves.
2.       Ver si hay conexión entre ellas. Si la hay, Cómo  funcionan?
3.       Separamos lo que es teoría de la práctica. Idea general y ejemplos
RESUMEN
Anotamos con nuestras palabras lo más cortamente posible , preciso y conciso, las ideas.
El título en una oración o palabra.
Debajo lo que trata el título
Utilizar esquemas, con flechas .
Las abreviaturas deben primero señalarse que palabras son.
SINTESIS
Buscar causas y consecuencias. Por lo que se saca una conclusión.


Por Leticia V Castells

Ser soltero perjudica seriamente la salud


Por Victoria Villaamil
Es la conclusión de un estudio que sugiere que la soledad no solo causaría infelicidad sino que además sería malo para la salud. ¿Das mil vueltas en la cama? ¿Te cuesta conciliar el sueño? ¿Te despiertas constantemente? Puede que pienses que es por las preocupaciones, pero en realidad, según un artículo publicado en la revista 'Sleep', los solteros descansan peor.
Un equipo de científicos estadounidenses de Lianne Kurina, de la Universidad de Chicago, estudió la soledad y los patrones de sueño en un grupo de residentes que vivían en dos colonias de Hutterites, en Dakota del Sur.
Los investigadores recolectaron información sobre los sentimientos de soledad, la presión arterial y el sueño de 95 residentes de las comunidades de Hutterites. Para evaluar el sueño, los voluntarios usaron bandas en las muñecas que medían su actividad y nivel de descanso durante las noches.
Entre los residentes, aproximadamente la mitad dijo que no estaba solo. Pero en la otra mitad, los investigadores notaron una tendencia entre crecientes sentimientos de soledad,  aislamiento social y más irregularidades en el sueño.
Ninguno de los participantes se hallaba socialmente aislado, pero los que tenían puntuaciones de soledad más elevadas debido a los sentimientos percibidos de encontrarse 'solos' se despertaban con mucha mayor frecuencia durante la noche, y se consideró que sufrían de lo que los autores llamaron sueño fragmentado.
"Básicamente, los individuos más solitarios tenían un descanso más entrecortado. Había más movimientos durante la noche, más períodos de descanso de duración breve, y más inquietud", dijo Lianne Kurina, del departamento de estudios sobre la salud de la Universidad de Chicago y autora principal del estudio.
Aunque el estudio no prueba que la soledad genere noches de insomnio, sí ayudaría a explicar por qué la soledad se ha asociado a la mala salud.
"Esto es evidencia de una forma en la cual los sentimientos de soledad ingresarían en el cuerpo y afectarían la salud", dijo Kurina.
La autora manifestó que los resultados fueron similares a los de un estudio de 2002 que comparó los sentimientos de soledad con la calidad del sueño en estudiantes de universidad. Esa investigación había revelado que cuanto más solos se sentían los estudiantes, más irregularmente dormían.
"Deseábamos explorar una vía potencial de esto, la teoría de que el sueño, una conducta clave para permanecer sano, podría verse afectada por los sentimientos de soledad. Lo que descubrimos es que la soledad no parece cambiar la cantidad total de sueño en los individuos, sino que los despierta más veces durante la noche", explicó Kurina.
"Independientemente de que sea un estudiante joven en una universidad importante o un adulto mayor que vive en una comunidad rural, quizás todos dependamos de un sentimiento de seguridad en nuestro ambiente social para poder dormir bien", añadió.
Este tipo de investigación podría mejorar  la comprensión sobre cómo los factores sociales y psicológicos 'se meten debajo de la piel' y afectan a  la salud.

¿Qué quieres que haga por ti? Señor, que yo vea otra vez


¿Qué quieres que haga por ti? Señor, que yo vea otra vez
 
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     18, 35-43

    Cuando se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía. Le respondieron que pasaba Jesús de Nazaret. El ciego se puso a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!» Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!».
    Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo a su lado, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?».
    «Señor, que yo vea otra vez.»
    Y Jesús le dijo: «Recupera la vista, tu fe te ha salvado.» En el mismo momento, el ciego recuperó la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios. Al ver esto, todo el pueblo alababa a Dios.


Palabra del Señor.
 
 
1.     LECTURA -  ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
 
·  Guías para la lectura:
 
Bartimeo, el mendigo ciego, estaba sentado junto al camino, sin esperanzas en la vida, despojado, humillado; ni siquiera podía pedir ayuda porque lo hacían callar. Era un excluido sin voz en la sociedad. Pero Jesús escucha el grito, y a aquellos mismos que lo hacían callar les ordenaba que lo llamen, como invitándolos a revertir su actitud despectiva e indiferente.
 
El reclamo del ciego es una verdadera confesión de fe que reconoce a Jesús como el Mesías esperado, el descendiente de David que venía a reinar con justicia. Es más, todo el relato indica que el ciego estaba esperando a Jesús con el corazón confiado; y Jesús se acerca a él en actitud dialogante, a preguntarle qué quería de él. Jesús declara que la fe del ciego ha tenido mucho que ver con su curación, y esa fe se expresó luego siguiendo a Jesús por el camino. Ese ciego que ansió tanto recobrar la vista, habría podido dedicarse a tantas cosas que podría haber soñado en su ceguera, y sin embargo su reacción es simplemente seguir a Jesús. Su corazón sabía que no había nadie ni nada más importante para sus ojos.
 
También hoy Jesús pasa por nuestras vidas y dirige a cada uno de nosotros esa pregunta cargada de amor y esperanza: “¿Qué quieres que haga por ti?” Y cada uno de nosotros puede derramar en su presencia las preocupaciones más profundas de su vida.
 
Aunque los demás a veces sean un obstáculo, porque, igual que los discípulos de Jesús, pretenden restarle importancia a nuestro encuentro con el Señor, o nos dan la imagen de un Señor lejano e inaccesible, este texto nos invita a gritarle con plena confianza, a buscar su auxilio con insistencia, para que podamos escuchar su hermosa pregunta: “¿Qué quieres que haga por ti?”.
 
Texto extraído de “El Evangelio de cada día” – Víctor M. Fernández - Editorial San Pablo – Página 354.