“No hagas nada por vanagloria, sino mira a todos los demás con la
mirada de Cristo” (Filipenses,2,3)
A veces,
en el transcurrir de tu vida diaria, te preguntas acerca del modo de
mejorar tus relaciones con Dios y con los demás.
No te
quepa la menor duda de que te hace falta comenzar creando a tu derredor una
atmósfera de paz en tus relaciones.
A veces
sientes que hay gente con la que no puedes realmente entenderte. Mientras
tanto no sean un obstáculo para crecer en tus relaciones con Dios,
enriquecerás tu encuentro con ellos con tal de que te aporten riquezas, y no
miserias y traiciones afectivas o de cualquier otro tipo.
Dedícate
a comprender sus necesidades si hay correspondencia. Si puedes, haz por
llenar sus “vacíos emocionales” si es que quieren que el Espíritu de Dios
los llene antes que tú con tus palabras y bellos gestos de entendimiento.
Si notas
que hay empatía, tu vida será más rica. En ese ambiente de “excelentes
relaciones”, podrás resolver conflictos muy rápidamente. Si ves que no es
posible, no te esfuerces mucho porque chocarás frontalmente contra su muro.
Cuando,
por el contrario, la relación es buena, puedes superar los errores de unos
y otros y perdonar más fácilmente. Y en tu vida entrará la luz de la
felicidad.
Pero si
falta Dios en la otra persona, tu trabajo se convertirá en inútil e incluso
en daño para ti mismo. Dios te pide que sepas elegir y tomar decisiones que
no perjudiquen tu progreso espiritual, movido por el Espíritu Santo.
Una
oración para hoy: Señor, gracias por haberme dado mi familia, mis amigos,
mis vecinos y todas las personas que has puesto en mi vida. Ayúdame a
apreciar a cada una de ellas como persona única si tiene algo hermoso que
enseñarme y compartir conmigo. Gracias por estas personas que has puesto en
mi senda para que, con ellas, crezcan mi relación contigo y con esas
personas especiales. Dame voluntad para que deje a un lado los
sentimentalismos que me apegan pero no contribuyen a mi madurez personal.
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